En los últimos estertores de Septiembre aunque más bien entrado Octubre se celebraba hace unos años la vendimia del Albillo Mayor en Aldea de San Esteban. Una verdadera fiesta cargada de nostalgia.
La realidad es que hoy ya no solo somos familia y amigos. Las más de 10 Ha que trabajamos requieren de algo más que ayuda. Pero las viñas que cuidaba mi abuelo Jacinto siguen allí: El Cubillo, La Cañada, Las Quintanas, La Loma continúan observando el pasar del tiempo junto a otros casi 70 majuelos más, algunos de escasas 100 cepas. Hoy ya no solo vendimiamos en Aldea, desde hace unos años se suman parcelas centenarias de la vecina Peñalba, Atauta, Soto, Quintanilla y la capital de la ribera soriana, San Esteban de Gormaz.
Hace una semana terminamos la recogida de nuestro Albillo Mayor, carro atestado de bodegas en la añada 2020 pero al que nadie se subía salvo honrosas excepciones antes de contar con el sello de Ribera del Duero.
Una primavera lluviosa al que siguió un verano muy cálido hizo que se adelantase unos días la vendimia respecto al año anterior. Libramos heladas pero caímos ante el granizo en gran parte de los majuelos de Aldea, salvando(por ahora) el resto de plazas. Entre el 25 y el 27 de Septiembre recogimos como es menester un fruto de bayas pequeñas en perfecto estado sanitario que actualmente fermenta en bodega a temperatura controlada. Grado ligeramente inferior a 2019 que nos ayudará a elaborar un Albus 2020 más equilibrado con una acidez perfecta.
EL pasado miércoles retomamos la vendimia con la recogida de las variedades tintas, que han llegado en el año del Covid algo más rezagadas a su estado óptimo de maduración. Pero hay algo seguro; a las 11 de la mañana pararemos a almorzar y maridaremos con nuestro clarete tradicional como hacía y exigía Jacinto a todo aquel que tenía a bien acompañarnos a vendimiar unos años atrás.
D.H
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